reciclaje

martes, 28 febrero 2017. Intento bajar por una escalera cubierta con distintas bolsas de reciclaje. Pienso en lo meticulosos que han sido para un cosa y lo poco para otra. Por ejemplo, hay bolsas sólo para casquillos de bombillas, otra sólo para esa argolla que queda en las botellas cuando se le quita el tapón, otra para cables, etc. Sin embargo no han dejado ni un centímetro libre para poder bajar. Voy pisando peladuras de patatas, bolsos viejos, llaves usadas. Al llegar abajo, hay un cajón con monederos y guantes exquisitamente ordenados por colores. Una chica me los muestra orgullosa.

uniforme gris

domingo, 26 febrero 2017. Un niña en uniforme, del que era mi colegio, corre hacia una escalera mecánica que baja. Aún así intenta subir. La falda del uniforme se le enreda entre los escalones y cae. Los escalones la aplastan hasta convertirla en una lagartija. Al intentan sacarla, la parto por la mitad. Aun así, intento hacerle masajes cardíacos. Llega una ambulancia. Me dicen que no hay nada qué hacer. Les digo que lo intenten de todos modos, que hay que salvarla como sea. Un médico le inyecta un líquido fluorescente que lleva en una jeringa enorme.

sueño con serpientes

sábado, 25 febrero 2017. En el pasillo de la terraza de la casa de mis padres hay un cubo con agua. Se supone que debo llenar algunas botellas con él. Cuando al cubo le queda sólo el fondo, descubro que está lleno de serpientes ahogadas.

cena sin vino

jueves, 23 febrero 2017. Una pareja nos ha invitado a cenar. Vamos con Sonia y Míchel. La mesa es muy pequeña para seis personas. Tampoco hay sillas suficientes. Cojo un taburete de plástico que parece de juguete. La mujer saca platos y cubiertos y los deja desordenados sobre la mesa. No pone vasos. Pienso que a Alberto le va a sentar mal que no haya agua ni vino. Mientras la mujer va y vine de la cocina, el hombre se quita las gafas. Debajo no hay ojos. as limpia con el mantel, se las vuelve a poner y los ojos aparecen. De repente veo a una niña muy pequeña en el sofá, mimetizada entre cojines. La niña es rubia, casi albina, con los ojos azules. La pareja es de pelo y ojos muy oscuros. Como si pudieran leerme el pensamiento, me dicen por señas que es adoptada. La niña habla a gritos. Hago como le bajara el volumen con un mando, y la niña comienza a susurrar. Miro a sus padres sorprendida. Es adoptada y superdotada, dicen a la vez.

modelo

martes, 21 febrero 2017. Se supone que acabamos de bajar del avión y buscamos una terraza para desayunar. Voy con un grupo de chicas que trabajan como modelos. La calle de los bares está llena de terrazas y todas las mesas ocupadas. Nos dividimos en dos grupos. Entramos en un edificio antiguo. Aglomeración. Nos dejan una habitación para cambiarnos. Les quitan las puertas para vernos desnudas. Protestamos. Nada. Me dan un traje de fiesta con un escote enorme, me rizan el pelo, me maquillan. Me veo desde arriba bailar un tango con una chica rubia. Desde donde me veo pienso que se me nota que no soy modelo. De repente todo es blanco, moderno. Unos chicos le roban la llave de su habitación a una compañera. Se la reclamo.

ley de la levedad

lunes, 20 febrero 2017. Voy con mi madre por calle Larios. Lleva un vestido camisero hasta el suelo. Me dice que quizá se haya arreglado demasiado. Le digo que para una vez que sale, está bien que se arregle. Buscamos una joyería, quiero comprar una alianza de plata para grabarle "ley de la levedad" (título de un poema de Antonio). Entramos en una tienda elegante de puertas automáticas. Nos reciben varias chicas uniformadas, pero, al pasar la segunda puerta, se convierte en un almacén de todo a cien. Me fijo en unos sacos térmicos con forma de personajes de dibujos animados. Ya sé lo que quiero para Reyes, le digo a mi madre. Mi madre está indignada y se va. Yo me quedo mirando utensilios de viaje para avión, entre los que hay navajas y cuchillas. Un letrero en chino (que leo perfectamente) dice: "Aptos para cabina." Miro unos tarritos de cristal con lápices y tizas dentro. Pienso en que cuando tenga una casa para mí sola pintaré una pared de negro para que haga de pizarra. La imagen de mí, sentada sola sobre una alfombra pintando en la pared me da muchísima pena e intento encontrar la salida.

alcantarilla

jueves, 16 febrero 2017. El actor Neil Flynn tiene un bar. Lo veo cansado. Ayudo a recoger platos y fregar. Me da la gracias. Le digo que es mi último día, que se acabaron las vacaciones y vuelvo a casa. Todo se acaba, dice en un español perfecto.
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Tengo que salir y veo por la ventana de la cocina que ha empezado a llover. Me pongo mallas y botas de agua. Una vecina entra mientras me estoy cambiando. Hay vecinos por toda la casa. Mi padre dice a gritos: ¡El mafioso de abajo ha venido a despedirse!
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Hay un patio con gente castigada. El castigo consiste en que están bajo tierra y sólo les sobresale la cabeza de una especie de alcantarilla con agujero y candado. El castigo se remata contando chistes por unos altavoces. Ellos deben evitar reír. Veo que queda un agujero libre. Se supone que es el que me ha tocado. Le digo a alguien, quizá un carcelero, que debo ir a la óptica porque las patillas de mis gafas están dobladas.
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Estoy en el centro de una habitación sin techo. En el suelo hay dibujos geométricos. Doy una vuelta y compruebo que la circunferencia está mal dibujada. Sobre una pared hay una cortina muy fina. Me escondo detrás. Puedo ver a través de ella sin que me vean. Aparece un hombre con un perro y tres perritas. Habla con alguien. Le cuenta que las tres perritas son las putas del perro. Los suelta de las correas. Temo que me huelan y se acerquen, pero no lo hacen. El perro persigue a las tres perritas sin salirse de la circunferencia del suelo.

gafas, vestido acartonado y cencerrada

miércoles, 15 febrero 2017. Voy a recoger unas gafas. me dicen que estarán listas la próxima semana. Al darme la vuelta para marcharme, me dicen que ya están listas. Me cobran 100 euros menos que el precio convenido. No veo nada con ellas.
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Encuentro una caja con unas medias y un vestido camisero que, se supone, fueron de mi madre. Como es demasiado corto, me lo pongo sobre el vestido que ya llevo puesto. La tela está acartonada y para que me cierren los botones debo ponerme un sujetador muy apretado tipo años 50. Las medias están pasadas y se rompen. Un chico, mitad Elías, mitad Manuel, me dice que me dé prisa porque no llegamos a la cencerrada. Señala a lo lejos. Se ven luces rojas, blancas y verdes cubriendo un monte. Le digo que vaya solo, que yo lo espero en el hotel.

futuro

martes, 14 febrero 2017. Salgo de una casa que se parece a la casa de Nuria (una compañera del colegio). La casa está en alto. Tengo prisa por irme de allí. Un tipo me dice que tengo que pagar para irme. Le doy a dos niñas en prenda, me hago una bola y ruedo calle abajo. Al parecer tengo un examen y llego tarde. Laura, la hija del escritor Chivite sale de un bar con un perrito caliente de un metro. Quiere que me siente con ella y dos amigas. El bar es un caos. La dueña nos trae chupitos de gelatina y comida con muy mala pinta. Aparece Javi. Está delgadísimo. Me alegro mucho al verle, lo abrazo. Le pregunto la hora y decido sentarme porque ya no llego al examen. De repente estoy limpiando cacharros de cobre en un primer piso. Por la ventana veo el caos. Unos comen mientras caminan, otros orinan entre dos coches, un tipo baja de su coche y se cepilla los dientes, escupe al asfalto. Dos niños juegan sobre la uralita de un añadido a una tienda. Esa niña se va a caer, pienso, y la uralita entera cae. Los niños se levantan como si nada. Pienso que todo va a peor, que cuando sea vieja el mundo será aún peor. Pienso que quizá debería meter todo lo necesario en una casa alejada del mundo, para no tener que salir nunca. También pienso que quizá sea bueno morirse pronto para no tener que pasar por un futuro tan horrible.

café egipcio

lunes, 13 febrero 2017. Alguien me dice que prepare café. Hay una lata sobre la mesa. La abro. Hay grumos de café que deshago con una cucharilla. ¿Seguro que esto es café?, pregunto. Es café egipcio, dice alguien. Preparo café sin rechistar, aunque ese café parezca heces secas de algún animal. 

procesión pagana

jueves, 9 febrero 2017. Terrazas de bares llenas de gente que cena. Intento sentarme en mi mesa pero alguien ya se ha sentado. Pierdo cosas pequeñas que se me caen del bolsillo. Me siento en la mesa de los niños, sólo está mi prima Cristina. Pongo mis platos con comida a su lado. Voy a buscar cubiertos. Cuando vuelvo todas las mesas están llenas de niños y mis platos han desaparecido. Le echo una bronca a gritos. En las mesas de la calle sólo quedan restos. Un chico me lleva a ver un patio de luces desde lo alto de un edificio. Cada uno está pintado de un color. En las calles hay fiesta. Parece una procesión pagana. No sé en qué ciudad estoy.

más caos

domingo, 5 febrero 2017. Todo está desordenado. Hay un pupitre igual al que yo tenía en mi cuarto. debo ordenar papeles mientras alguien abre y cierra una ventana. Los papeles vuelan. Sensación de haber vivido eso antes. Luz de bombillas a pesar de entrar luz por la ventana.