lambada

jueves, 19 septiembre 2024. Estoy en un concierto. Un tipo toca la Lambada con violín. Me echo a llorar. Me da vergüenza porque todo el mundo corea y aplaude a mi alrededor. Escondo la cabeza entre las rodillas, veo cómo mis lagrimones llegan al suelo y hasta salpican los zapatos de las personas que tengo al rededor. De repente el violinista para. Pienso que se ha dado cuenta de que estoy llorando, pero no es eso: pide a parejas del público que salgan a bailar.