martes, 11 diciembre 2012. Mientras intento dormir oigo que entran a robar en casa. Los oigo vaciar armarios y cajones. Me levanto pensando que ya se han ido, pero siguen ahí, raspando las paredes para llevarse incluso el cemento. Las paredes están con los ladrillos desnudos, no quedan muebles. Les pregunto por mi ropa. La hemos tirado al contenedor, dice uno.
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Estoy en casa de mis padres. Huele a quemado, abro la puerta y veo que suben llamas desde el primer piso. Les grito que cojan lo imprescindible y corran antes de que sea imposible escapar. Nadie me hace caso. Entro en el que fue mi cuarto, busco algunas piedras, el colgante que me regalo Iker, mis zapatos favoritos. Lo meto todo en una bolsa. Mi padre me da algo en papel de embalar. Yo me quedo, dice.