martes, 8 abril 2014. Alberto está casado con mi hermana y comen en un extremo de la mesa. Al otro extremo comemos mis padres y yo. Los miro comer. En mi plato no hay nada. A veces hay un trozo grande de hielo. Alguien habla de una barca y ya estoy en una barca. Alguien me dice que reme, que reme más fuerte. De un golpe llegamos a la orilla, la barca entra en la playa unos 20 metros. Menos mal que no hay nadie tomando el sol, pienso. Y vuelvo a estar sentada a la mesa y Andrés dice que quiere llevarse hielo a su casa. Mi padre dice que no queda, pero al fondo de la habitación hay una nevera antigua, con la puerta abierta, llena de bloques de hielo.