sofisticación

domingo, 7 diciembre 2014. Estoy delante de un escaparate lleno de muñecos que se mueven por luz solar. Son realmente sofisticados. Le cuento a alguien que pobre de aquel que se compró los primeros que salieron (una flor que se balanceaba, por ejemplo). Uno de esos muñecos me mira, atraviesa el cristal sin esfuerzo y me coloca en la mano un anillo. Es uno de los anillos de mi madre.