miércoles, 7 enero 2015. Parece un bar, por la oscuridad y por el ruido. Todo lo que cojo tiende hacia un rincón del bar, por ejemplo una naranja al final de una cuerda, como un péndulo horizontal. Pienso en un imán enorme. Me acerco, me atrae con fuerza, me agarro a las paredes para que no me lleve. Grito. (Me despierto. Vuelvo a soñar lo mismo dos veces más.)
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Un parque. Alberto va a hacernos una foto en grupo. Aparece una chica justo antes de disparar. Reparte botellines de cerveza. En cada botellín hay una calavera. me pregunto si será auténtica. Me pregunto si estaremos en México. Ante de beber, advierte, hay que hacer esto, dice. Le abre la boca a Alberto, le mete un paladar metálico en la boca y después otro paladar al rojo vivo que sostiene con una vara de hierro. No pasa nada, no duele, explica. Ahora bebe, le dice. Grito (me despierto tiritando de frío).