jueves, 1 agosto 2024. Por el público (parejas mayores muy arregladas) parece la terraza de un bar de hotel. Un tipo, vestido elegantemente de camarero, está sentado en un taburete sobre una tarima. Cuando entras debes recoger una tarjeta donde aparecen las tapas, y una casilla para poner una cruz al lado de lo que quieras tomar. Alberto pasa de largo y busca una mesa. Me fijo en que nadie ha cogido tarjetas. Le pido al camarero tarjetas para todos y las reparto entre las mesas. El tipo pone los ojos en blanco y me mira con gesto cómplice de "no se enteran de nada". De repente estamos en una sala de cine, llena hasta los topes. Las luces están encendidas a pesar de que la película esté proyectándose. De repente se abre una puerta lateral que hay justo al lado de mi asiento, y salen un montón de personas mayores muy arregladas (parecidas a las de la terraza de antes). Algunas señoras llevan estolas de piel. Varios acomodadores hacen gestos para que salgamos, mueven los brazos, nos echan como si fuésemos ganado. Protesto. Nuestra película no había terminado y quiero saber cómo termina, les grito.