dificultades

jueves, 18 septiembre 2025. Estoy en casa de mis padres y llego tarde al colegio. Busco mi ropa pero está toda tirada por el suelo del que fue mi cuarto. Tengo que llevar la comida, huevos duros, pero no encuentro un cazo para cocerlos. Mi hermana intenta ayudar pero me da un táper. Le explico que si pones un táper al fuego o sobre la vitrocerámica se quema. Me mira con cara de no entender. Voy de un lado a otro a toda velocidad metiendo libros y cosas en la mochila. Me va persiguiendo por toda la casa leyéndome las instrucciones de algo. Mi madre, que ya estaba levantada, se ha vuelto a acostar vestida (incluso lleva un collar de perlas). Veo que mi padre se ha levantado e intenta subir la persiana. Ha dejado el andador a un lado y temo que se caiga. ¡Que alguien ayude a papá!, grito. Entro en el cuarto de mi hermana. Detrás de la puerta, en el suelo, hay dos mochilas con llaves. Como no me da tiempo a buscar las mías me las llevo todas. Algo se mueve dentro de la cama de mi hermana. Es mi tía M (no sé qué hace allí), y me dice que no haga tanto ruido, que quiere dormir hasta el medio día. Miro el reloj, tenía que haber salido de casa a las 08:30 y son las 8:45. Dudo si abandonar y quedarme en casa, pero pienso que hace mucho que no voy al colegio. Salgo al descansillo, hay cola para el ascensor. Bajo las escaleras de tres en tres. Voy pensando que como hace tanto que no voy quizá hoy haya examen o vayan por una lección de la que no sé nada. Aprendo rápido, pienso. Al llegar al portal me doy cuenta de que llevo un perro pequeño blanco. El perro corre delante de mí y se aleja (la correa va extendiéndose). Pienso en si sería mejor parar un taxi para llegar a tiempo, pero creo que no llevo ni dinero ni tarjeta. Pienso en a quién le podré dejar el perro mientras estoy en clase, porque lo veo demasiado nervioso para que se quede quieto durante tantas horas bajo el pupitre.