concierto

sábado, 29 noviembre 2025. Tengo que leer poemas en un estadio. Está completamente lleno porque antes actúa una orquesta muy famosa. Me colocan el micrófono y me dicen que tengo que salir al escenario antes de que suene la última nota. No encuentro mis poemas. Todo el público tiene una copia en la mano. Les voy pidiendo que me los presten para poder leer, pero nadie quiere soltarlos. Incluso forcejeo con algunas personas. Salgo del estadio, busco por los alrededores por si alguien ha perdido o tirado mis poemas. Nada. Vuelvo cuando está sonando la última nota. Subo al escenario. Improviso palabras que no dicen nada. El público atiende como si fueran alumnos y toman nota de todo lo que digo. Yo solo tengo ganas de llorar y largarme de allí cuanto antes.
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Imagen de una cinta transportadora donde van apareciendo bloques tamaño ladrillo de tierra negra y compacta donde hay impresas caras de hombres poniendo gestos grotescos. Yo estoy sentada sobre esos bloques y debo ir agarrándome a los bloques para que la cinta no me arrastre. Intento no hacer daño a esos hombres, como si fueran de verdad, como si no fueran solamente fotos impresas.

títere

viernes, 28 noviembre 2025. Llego a una casa enorme. Al parecer es de un chico muy joven que ha ganado mucho dinero de repente. La señora que me guía por las habitaciones habla de él como si fuera poeta, pero me extraña que un poeta pueda ganar tanto dinero. Entramos en su dormitorio y en un rincón veo una butaca de madera pintada de rojo oscuro. Preciosa, parece muy antigua. Pregunto si puedo sentarme. Claro, dice la señora un poco sorprendida. Detrás, veo que hay otra habitación con unas veinte butacas más en distintos modelos. Hay mecedoras, y hasta una cuna. Cuando salimos de la casa nos cruzamos con el supuesto poeta. Es un chico muy joven y muy delgado con el pelo rizado. Va de una habitación a otra en monopatín. La señora le dice algo y él baja la cabeza. Pienso que es simplemente un títere. A las puertas de la casa hay basura en bolsas y, entre ellas, una butaca roja. La señora me dice que está rota y no sirve para nada. Le digo que me da igual, que yo puedo arreglarla. La cojo y me la llevo antes de que se arrepientan.
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Oigo ruido en la terraza. Al correr la cortina no hay terraza, hay un jardín muy descuidado con unas vallas de madera y tela metálica rota. Se han metido unos cuantos perros con sus crías y patos de distintos tamaños. Intento echarlos, pero mientras saco a uno los otros vuelven. No sé qué hacer con las crías. No quiero dejarlas sin sus madres, pero tampoco puedo quedármelas.
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Llego a la parte de atrás del caserón que había frente a la casa de mi abuela. Hay una fiesta. Me dicen que coma lo quiera, pero no hay comida por ninguna parte. El público se arremolina en una habitación muy pequeña para servirse algo parecido a ponche de color naranja. La dueña me dice que por fin han publicado el libro (como si yo supiera de qué va la cosa), que ha quedado precioso pero que pesa demasiado y no sabe si se venderá bien. Busco la salida, quiero irme de allí.

vacaciones

miércoles, 26 noviembre 2025. Hemos quedado con Carmen y Enrique para irnos de vacaciones. Me extraño al ver que aparece Enrique al volante (no tiene carnet). Baja la ventanilla y dice que al final se quedan en la ciudad, arranca y desaparece. Se lo cuento a Alberto. Le digo que da igual, que de todos modos ya tengo la maleta hecha y nos vayamos nosotros. Alberto dice que si ellos no van él tampoco. Le grito que estoy harta, que cada vez que me hago a la idea de algo bueno nunca sucede. Le doy una patada a la maleta.

saltar de alegría

sábado, 22 noviembre 2025. Estoy en una especie de sala de espera acristalada. Alguien me dice que va a llegar mi sorpresa. Aparece Javi. Lo abrazo, me coge en volandas, me tira por el aire de alegría.

cubo

sábado, 15 noviembre 2025. Llego a casa de mis padres. Entro a la cocina y pelo patatas para hacer una tortilla. Cuando voy a la basura, el cubo está reluciente. Me pongo tan contenta que me pongo a bailar.

escenario

miércoles, 12 noviembre 2025. Estoy en una sala de teatro muy parecida a como era la de Comedores Universitarios en los 80. Aparece Daniel, jovial. Dice que está listo para empezar. No sé a qué se refiere. Sube al escenario y lee con gracia y naturalidad algo que lleva en unos folios. Me sorprende verlo tan seguro. Detrás, en una sábana que hace las veces de pantalla, se proyectan fotos. En algunas aparezco yo de joven. Todo me sorprende mucho.

piscinas

miércoles, 5 noviembre 2025. Estoy en una mesa muy larga. Todos comen. A mi lado está Pablo. Le digo algo (no recuerdo qué) y responde, ¡ojalá! Me levanto y voy a buscar a su hija (de repente es un bebé). Paso por las cocinas de lo parece un hotel. Paso por un jardín con piscinas y fuentes (ya he soñado otras veces con este sitio). Se supone que tengo que encontrar a la niña antes de que llegue alguien (no recuerdo quién). Hay cierto tono de misterio durante todo el sueño.

yogures

lunes, 3 noviembre 2025. Mi tía M llama por teléfono. Responde mi hermana. Le grita (cree que soy yo quien está al otro lado) porque no le he comprado los yogures que me encargó. Mi hermana no entiende nada. Desde donde estoy le digo que es mi hermana quien está al teléfono, no yo, y que deje de gritar. De repente estamos en casa de mi abuela. Mi tía M y yo salimos con las luces apagadas para que mi tía E no se dé cuenta de que nos vamos. De repente estamos en la plaza de Santo Domingo y vemos a mi tía E en la terraza de un bar leyendo y tomando apuntes de lo que lee.