viernes, 25 marzo 2016. Paseamos por un pueblo de calles encaladas. Una chica canta y toca la guitarra en una azotea. Nadie le hace caso. Es una canción antigua muy triste que no logro recordar cómo se titula. De repente, al doblar una esquina, nos encontramos un paisaje de piedra. Montañas que parecen esculpidas imitando fósiles de erizos de mar.