martes, 27 septiembre 2022. Parece que estoy de visita en una casa de familia numerosa. Todos los hijos quieren enseñarme algo (un juguete, los deberes, etc). Un chico que se parece a Fernando Aurioles (a quien no veo desde hace más de 30 años) me enseña sus nuevas investigaciones (así las llama). No entiendo nada de lo que hay escrito. Para aclararlo, echa sobre el mantel de una mesa enorme un montón de bolitas color nácar. Entre las bolitas hay algunos conejos diminutos de plástico (se supone que eso lo explica todo). Me viene a la cabeza la explicación de la entropía con bolas de colores en una caja que leí de niña en la enciclopedia. Al ver mi gesto de entusiasmo al ir encontrando conejitos, me dice que tiene una bolsa llena. Va a por ella. Una de sus hermanas aprovecha para enseñarme un juego al que se le encienden luces. Era igual al que tenías de niña, me dice. No sé de qué me habla, pero como no quiero discutir, le digo que sí.