superluna, aloe e incendio

viernes, 13 enero 2023. Estamos en la playa. Miro a la izquierda y veo un pequeño lago mucho más bonito que el mar. De repente se hace de noche y aparece una luna enorme (como en las portadas de discos) y tan cerca del agua que permite ver la silueta de una chica a contraluz. La chica se zambulle varias veces. Una pareja aprovecha para besarse mientras se bañan. Qué manera de perder el tiempo, pienso de nosotros.
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Hay un multiplicador en el suelo, entre el frigorífico y la cocina. Intento encenderlo pulsando con un palo largo. Nada. Meto la mano entre los muebles para sacarlo y me da corriente. Mi madre dice que puede arreglarlo. Le digo que tenga cuidado, que es peligroso, que antes de tocar nada habría que quitar la corriente. No sé qué pasa que mi madre coge la sartén que estaba al fuego. Le quema, pero no quiere soltarla para que no lo manche todo. Le digo que me la dé, que llevo manoplas. Cuando por fin la dejo en el suelo, veo que mi madre se ha quemado las manos. Corro a por aloe a la terraza. La plata de aloe está blanda de haberla regado en exceso, me cuesta cortar un trozo de hoja. En el suelo (alrededor de la maceta, al sol) está todo lo que tenía en el congelador (verduras, carne). Enfurezco, le grito a mi madre que ahora tendré que cocinarlo todo para que no se eche a perder.
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Veo una película en la que un tipo incendia la casa de Scarlett Johansson. Ella está tendida en el suelo entre las llamas. No será capaz de dejarla ahí, pienso. El tipo la saca y la abraza. Se sientan en un sofá de espaldas a la habitación en llamas. Ella mira hacia atrás, ve cómo arden sus libros y esconde la cara entre las manos. Pienso que todavía le daría tiempo a rescatar algo. No comprendo que no lo haga.