piedra roja y tatuaje

viernes, 4 abril 08. Estoy con un grupo de ancianos en el campo. Parece que nos hayan bajado de un autobús para sacar fotos del paisaje. Lo veo todo en blanco y negro. Empiezan a llover piedras. Los ancianos se refugian bajo un árbol, también de piedra. Como son muchos y no caben todos bajo las ramas, comienzan a subirse unos a otros hasta formar una masa humana bajo el árbol. De entre la masa veo salir una mano. Es la mano de Toni. Ten, dice y deja caer una piedra roja atravesada por cuadros minúsculos blancos. La piedra roja es lo único que tiene color en ese paisaje.
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Entro en casa de mi abuela, cierro las contras de las ventanas de la puerta. Mi padre viene corriendo desde el fondo de la casa y me dice que ha bajado la temperatura hasta 18ºC. En la cocina hay varias bolsas de basura llenas de libros y revistas de cocina. Al intentar salvar alguna, me mancho los dedos de algo pringoso. Voy al cuarto de baño. Alberto está en la bañera con la cabeza envuelta en una toalla. Me envuelvo también la cabeza y me tumbo a su lado vestida. Mi suegra llama a la puerta. Llevamos un rato esperándote para cenar, pero ten cuidado no despiertes a mi hijo, dice. Me parece injusto que yo tenga que ir y él no. Al quitarme la ropa mojada, veo en el espejo que tengo un tatuaje alrededor del ombligo. Me horrorizo.