miércoles, 16 mayo 2012. Camilo organiza micro-performances en la cocina de la casa de mi abuela. Pide un voluntario del público y como no sale nadie me saca a mí. Me venda los ojos, oigo ruidos, el público dice ¡oh!, un bebé llora. Cuando me quita la venda veo que he tenido una niña. Está envuelta en una trapo de cocina. No te encariñes mucho, dice Camilo, tenemos de devolverla esta misma noche.