jueves, 29 septiembre 2016. A una chica se le cae algo al suelo y yo lo recojo al vuelo porque la acera está mojada. Se siente tan agradecida que me invita a su casa. El portero me suena muchísimo, pero lo recuerdo más joven. ¿Se acuerda de mí?, le pregunto. Por supuesto, lo recuerdo todo, ese es mi trabajo, responde. Veo que le faltan dientes. Me apena mucho verlo así, allí, trabajando en el mismo sitio. La chica tiene la casa llena de fotos de sus hijos. Hay un piano. Empiezo a pensar que también la conozco de algo. Le pregunto so conoce a mi amigo Emilio. Sí, es cazador, dice muy contenta. Le explico que lo que suele llevar Emilio no es una escopeta sino un bokken porque practica aikido. La chica se ríe muy fuerte. Dice que tenemos que volver a quedar.