domingo, 31 diciembre 2017. Parece un cine de verano. Hay mucha gente en sillas de plástico mirando hacia una pantalla o un escenario. No alcanzo a verlo. Estoy en una especie de pupitre muy pequeño escribiendo algo que debo entregar urgentemente. Cada vez que escribo una palabra cae una gota de lluvia, justo encima, emborronándola. De vez en cuando pasa Camilo a mi lado. Pobrecita, dice acariciándome la cabeza.
casa de socorro
sábado, 30 diciembre 2018. Voy por la calle con una niña de unos tres años que se supone es mi hija. La niña lleva la cara llena de piercings. Un chico se nos acerca, quiere acompañarnos a casa. Habla con la niña. Parece simpático, pero no me fío de él. Cuando llegamos a la puerta de la casa de mis padres, le doy las gracias y me despido. Entra con nosotras. Comienza a husmear. Saca una caja con las cartas de novios de mis padres, las lee en alto, se ríe, las deja desordenadas sobre la mesa. Sigue revolviéndolo todo. Le digo que se largue. Nada. La niña dice que ha decidido quitarse todos los piercings y que se queda a vivir allí, con mis padres y el chico. Salgo de casa corriendo, temo que me siga. En la calle me doy cuenta de que voy descalza. Me da igual. Pienso en pedir ayuda en la Casa de Socorro que había en Lagunillas cuando era niña, pero ya no existe. Miro la calle vacía. Es de noche, las farolas están apagadas. No sé dónde ir.
silla voladora
viernes, 29 diciembre 2017. Tengo una silla sin patas con unas barras para hacer pectorales. Las barras sobresalen por arriba y llevan adosada una hélice. Al hacer ejercicio, la silla se eleva y vuelo a un metro del suelo por toda la casa. La casa no tiene muebles. Llego a la puerta. Por entre una persiana de macarrones veo a Bush, Angelina Jolie, Bono (el de U2) y al alcalde de Málaga. Alberto está su lado. Todos llevan un fulard de lino y dan palmadas al ritmo de un gong. Me asomo. Bush me ofrece su fulard. Niego con la cabeza. Es un fulard budista, dice y a continuación me explica en un español muy básico qué es el budismo. Su gesto es de ilusión. A pesar de todo le digo que ya tengo un fulard igual y señalo hacia dentro de la casa que, de repente está llena de objetos budistas. Bush no pierde el gesto y vuelve a dar palmas con los demás. Veo a mi madre en el centro de un grupo multitudinario. Se supone que es la secretaria personal de Bush y todos quieren hacerse una foto con ella. Intento acercarme, pero es imposible. Veo que en el momento que van a hacer la foto multitudinaria mi madre vuelve la cabeza. Le hago señas, me responde por señas que está muy vieja para fotos. Y se ríe.
sombra
jueves, 28 diciembre 2017. Estoy con un grupo en lo que parece el hall de un hotel. Se supone que un tipo quiere dejar a su mujer y que nos vayamos juntos. Yo intento esquivarlo. Su mujer se pega a mí con cara de pocos amigos. Entramos en una sala con ordenadores. Todos comparten fotos, se ríen. No sé cuándo pudieron sacar esas fotos en las que aparezco feliz con una melena frondosa y brillante. No soy yo, decido, y esto no está pasando.
nubes de asfalto
martes, 26 diciembre 2018. Voy en autobús por el parqué. El cielo es muy azul. Hay nubes pegadas al asfalto. Es precioso. Miro a mi alrededor buscando una mirada cómplice. Nadie parece notar nada, todos miran sus móviles. Veo a Chivite hablando animadamente con dos tipos. Se le ve muy contento. Le oigo decir que está escribiendo una novela muy divertida, que avanza muy lentamente, pero está muy satisfecho. Mira por la ventanilla, ve las nubes del asfalto. Así avanzo, como esas preciosas nubes, dice con cara de felicidad. Pienso que quizá he viajado en el tiempo y todavía no nos hemos conocido. Pienso que cuando suceda, le contaré cuándo nos conocimos.
escabechina
lunes, 25 diciembre 2018. Hay gente arremolinada delante de un escaparate. Pregunto qué pasa. Están firmando ejemplares, dice alguien. No veo nada con tanta gente. Oigo decir que Inglada, Cumpián y Ferran han muerto. Me siento en una silla de guardería que acaba de aparecer a mi lado. Me siento desolada. Llega Alejandro. No sé cómo darle la noticia.
toallas
jueves, 21 diciembre 2018. Estoy en una casa que parece estar en el campo. Para ducharme debo ir a otra casa más pequeña. Fuera hay varias mujeres sentadas en sillas pegadas a la pared. La puerta está abierta. Entro al baño sin saludar. Desde el baño veo el jardín del vecino, perros sueltos. El vecino me dice que deje abierta la reja a partir de las ocho de la tarde. Le digo que me iré pronto de allí. Es baño está tan sucio que me limito a recoger unas toallas empapadas para tenderlas. Al salir, el vecino me espera con los perros, me fumiga.
voz de caverna
miércoles, 20 diciembre 2018. Descubro que poniendo la mano sobre una esquina de la mesa del comedor puedo escuchar conversaciones telefónicas. Reconozco la voz de Daniel. Habla con Ángeles. No te vas a creer lo que he descubierto, le digo a Alberto. En ese momento, continúan la conversación en inglés. Daniel tiene voz de caverna, dice Alberto. Díselo, se pondrá muy contento.
cuentas verdes
viernes, 15 diciembre 2017. Estoy de visita en casa del escritor Chivite. Parece una casa que sólo usen en vacaciones, con estanterías de obra, paredes encaladas, pocos muebles. No hay aristas, todo es romo. También las conversaciones. Van vestidos de verano. Yo llevo un abrigo muy grueso gris. Mientras ponen la mesa, miro un atlas, un álbum de fotos, paso los dedos por el borde de los muebles. Están sentados a la mesa y me despido dándoles un beso en la frente a cada uno (incluido un hijo que en la vida real no tienen). Al salir se me rompe el collar que llevo puesto (no sé de dónde ha salido) y el suelo queda cubierto de cuentas de colores. Les digo que no se levanten, pueden resbalar. Miro las cuentas con mucha pena, como si fueran seres vivos. Antes de cerrar la puerta, les pido que cuiden sobre todo de las verdes.
acorazados
jueves, 14 diciembre 2017. Llego a casa de mis padres. ¿Me he equivocado de piso?, pienso al ver una puerta distinta. La puerta es de madera muy clara, tiene la llave puesta por fuera. La llave parece de aluminio. Temo que se doble al intentar abrir. Entro. Mi madre hace un gesto de "disimula". Llega mi padre y pregunta si mi madre ha vuelto a dejarse la llave puesta por fuera. No, le respondo, es que tengo una copia. Me cuentan que han acorazado la casa. Que la puerta tiene un sistema como las cajas fuertes de los mejores bancos. Miro la puerta, le falta un buen trozo por abajo. Pienso que por ahí puede entrar cualquiera. Le hago un gesto a mi madre y ella a mí para que no diga nada. Mi padre se marcha muy ufano. Le doy la llave a mi madre. No la necesito, a partir de ahora entraré por ahí abajo, le digo. Mi madre se ríe. Yo siento una tristeza inmensa.
abejas
domingo, 10 diciembre 2017. Parece un jardín. No hay muros, sólo una puerta con los barrotes oxidados clavada en la tierra. En el suelo abejas muertas. Rozo una con la punta del pie para comprobarlo. La abeja se mueve. Abro la puerta, las animo a que se vayan. Alzan el vuelo, desaparecen.
miniaturas
viernes, 8 diciembre 2017. Mi madre hace tallas en galletas Chikilín. Tiene la encimera de la cocina llena de pequeños retablos, portales de Belén, retratos de pintores y reproducciones de iglesias. Cuando le pregunto, no le da ninguna importancia, sigue fregando unos platos. Intento hacerles fotos, pero siempre pasa algo en el último momento (alguien las tumba, no hay suficiente luz, llegan visitas). Mis sobrinos corren por la casa. La casa se ha convertido en un laberinto de pasillos de tierra mal iluminados. Intento esconderme en el último rincón para hacerle una foto a la talla de un barco. Alguien aplasta la galleta. Mi sobrino Darío llora desconsoladamente. Dice que le da miedo la oscuridad. Lo abrazo, le repito muchas veces que siempre voy a quererlo más que a nadie.
torrijas
jueves, 7 diciembre 2017. Alberto jr. quiere enseñarme algo que ha escrito. Mientras lo buscas entro al baño, le digo. La tapa del váter tiene forma de concha y lleva purpurina, sin embargo todo está tan sucio que salgo sin hacer nada. Alberto jr. me espera sonriente. Mira, dice, es una sorpresa. A su lado está Laura. Lleva un mechón de pelo largo y rizado pegado al cuello y la barbilla. ¿Qué te ha pasado? Estaba haciendo torrijas, me saltaron a la cara y me quemé, dice muy sonriente.
musical
martes, 5 diciembre 2017. Parece una película de intriga. Una casa oscura donde todo cruje. Un piso vacío donde se oyen pasos. La figura de una niña sale de la oscuridad. La niña es en realidad un tipo sanote que baila como si estuviera en un musical. Todo un pueblo lo persigue, consiguen atraparlo lo meten en un ataúd de cristal. Por más que grito que lo dejen nadie me hace caso. Justo antes de que el ataúd se convierta en un ataúd de madera cerrado dentro del de cristal, el chico me mira con horror, pidiendo ayuda.
noche en el museo
lunes, 4 diciembre 2017. Parece que estamos de excursión con un grupo. Visito un museo con mis padres. Mi madre lleva unas maletas enormes. Le cuenta a alguien que nunca ha tenido vacaciones. Mi padre ha desaparecido. Imagino que está en la sala de los trenes. Corro a por él por pasillos y salas enormes y vacías. En una de las salas están haciendo reconocimientos médicos. Llaman a Alberto y me hacen una seña para que me acerque. Usted tiene el 80% de probabilidad de morir antes que nadie, le quedan cuatro días de vida, dice el médico. No estoy segura de si es verdad o una actividad más del museo. Alberto dice que hay que decírselo a su madre y a mis padres. Mejor vamos a esperar, le digo, pero nos ponemos a buscar a su madre por las salas. Está en los servicios. En los servicios hay ventanas que simulan ser cuadros. En una de las salas nos cruzamos con Daniel. Se queja de no poder poner música de Tom Waits en casa. Todos sus vinilos están apilados en una sala. En otra, unos tipos muy borrachos hace una fiesta. La sala se transforma en una furgoneta. Nos vamos de fiesta, gritan todos. El camión parece que también tiene habitaciones. En una de ellas dos chicos intentan sacar a un moscardón. Abro una ventana, el moscardón sale. Los chicos bailan de felicidad. Alberto aparece en pijama, está muy delgado. Está empaquetando sus cosas. Me acerco a ayudarlo.
hermanos
domingo, 3 diciembre 2017. Hablo con Marcos. Estamos recostados en unas gradas parecidas a las del instituto donde estudiamos, pero son blandas y cómodas. Llega su hermano. Hablan entre ellos, se ríen. Desconecto y me fijo únicamente en sus zapatos: una especie de botines-sandalias atados al tobillo con cordones azules.
calendario de mesa
sábado, 2 diciembre 2017. José Antonio nos lleva a un bar nuevo. Los camareros nos saludan amigablemente, incluso me ofrecen cerveza sin gluten. Tiene un pequeño jardín muy acogedor para las noches de verano. De camino a JA le regala a Alberto un calendario de mesa. Me río, pero no pillan el chiste. Se supone que hemos vuelto al día siguiente. Estamos en la barra, dos tipos con pelo largo y sucio se sientan al lado de JA. Nos miramos. Los tipos se levantan y van juntos hacia el servicio. ¿Eso eran pistolas?, pregunto. JA asiente. Vámonos. Salimos muy despacio por el jardín. JA se ha dejado el móvil en la barra. Buscamos a alguien con pinta de persona serena, para que llame a a policía sin armar alboroto. Nada. No sé cómo hemos llegado a una colina desde donde vemos el bar. Está rodeado de coches de policía como en una película americana. Parece que han detenido a los tipos del pelo largo. Un furgón enorme, al dar marcha atrás, derriba la entrada del bar. Tendremos que buscarnos otro, le digo a JA.
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