sábado, 2 diciembre 2017. José Antonio nos lleva a un bar nuevo. Los camareros nos saludan amigablemente, incluso me ofrecen cerveza sin gluten. Tiene un pequeño jardín muy acogedor para las noches de verano. De camino a JA le regala a Alberto un calendario de mesa. Me río, pero no pillan el chiste. Se supone que hemos vuelto al día siguiente. Estamos en la barra, dos tipos con pelo largo y sucio se sientan al lado de JA. Nos miramos. Los tipos se levantan y van juntos hacia el servicio. ¿Eso eran pistolas?, pregunto. JA asiente. Vámonos. Salimos muy despacio por el jardín. JA se ha dejado el móvil en la barra. Buscamos a alguien con pinta de persona serena, para que llame a a policía sin armar alboroto. Nada. No sé cómo hemos llegado a una colina desde donde vemos el bar. Está rodeado de coches de policía como en una película americana. Parece que han detenido a los tipos del pelo largo. Un furgón enorme, al dar marcha atrás, derriba la entrada del bar. Tendremos que buscarnos otro, le digo a JA.