viernes, 29 diciembre 2017. Tengo una silla sin patas con unas barras para hacer pectorales. Las barras sobresalen por arriba y llevan adosada una hélice. Al hacer ejercicio, la silla se eleva y vuelo a un metro del suelo por toda la casa. La casa no tiene muebles. Llego a la puerta. Por entre una persiana de macarrones veo a Bush, Angelina Jolie, Bono (el de U2) y al alcalde de Málaga. Alberto está su lado. Todos llevan un fulard de lino y dan palmadas al ritmo de un gong. Me asomo. Bush me ofrece su fulard. Niego con la cabeza. Es un fulard budista, dice y a continuación me explica en un español muy básico qué es el budismo. Su gesto es de ilusión. A pesar de todo le digo que ya tengo un fulard igual y señalo hacia dentro de la casa que, de repente está llena de objetos budistas. Bush no pierde el gesto y vuelve a dar palmas con los demás. Veo a mi madre en el centro de un grupo multitudinario. Se supone que es la secretaria personal de Bush y todos quieren hacerse una foto con ella. Intento acercarme, pero es imposible. Veo que en el momento que van a hacer la foto multitudinaria mi madre vuelve la cabeza. Le hago señas, me responde por señas que está muy vieja para fotos. Y se ríe.