martes, 30 abril 2019. Camilo va a casarse con la hija pequeña de un millonario. Es realmente horrorosa. Han convocado a la prensa. La familia y los invitados están sentados en sillas de playa y de tijera desvencijadas que han colocado desordenadamente a las puertas de una especie de garaje donde sólo hay chatarra. Camilo hace arrumacos a su futura esposa. Tanto su futuro suegro como la hija mayor, que es igual de horrorosa pero rubia, están encantados. Lo veo todo desde una especie de pajar, en alto, que han habilitado para los periodistas. Le hago señas a Camilo que significan "No sé yo si eso es un buen negocio", pero no me ve o se hace sueco.
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Tengo un montón de pastillas sobre la falda. Las ordeno en el pastillero. Los ibuprofenos no caben porque son enormes. Mi madre aparece en camisón, camina delante de mí. Le digo que parece una modelo. Se enfada, dice que los encajes no son lo suyo. Reaparece con un pijama de felpa.