juicio

martes, 9 abril 2019. Tengo que hacer de jurado popular. Nos sientan en una sala estrecha y larga. Nos dan lo que parece un examen para sacarse el carnet de conducir. Algunas de las preguntas ya están contestadas. No sé si es un error. Me da igual. Marco el resto de casillas al azar. Al levantar la vista, la sala se ha convertido en una especie de granero. La jueza llega con una enorme bolsa de viaje y se cambia de ropa delante de todos. Alguien me dice al oído que salga, que acaban de decir en la tele que a mi padre lo han metido en la cárcel. En la tele de la habitación contigua (parece un bar) están poniendo dibujos animados. Un tipo gordo y antipático (igual a un profesor de Derecho Civil que tuve), me dice que tengo que volver a cumplir mi deber. Le explico que mi deber es ir a buscar a mi padre. Se enfada muchísimo, me devuelve a la sala a empujones. Supongo que ha pasado un buen rato porque el tipo gordo me pregunta si estoy contenta con el veredicto. Le digo que no sé cuál es, que he estado pensando en mis cosas. Se ríe. Dice que me vaya.