miércoles, 31 julio 2019. Daniel camina hacia nosotros con dificultad. Lleva taje negro y camisa blanca. La chaqueta en la mano. Se le ve delgadísimo. Se alegra de verme, se apoya en mi hombro, me cuenta algo. Miro a Alberto que, con una seña, me dice que debe de haber sufrido un ictus.
+
Llego a casa de Elisa. Se supone que acaban de mudarse al edificio de mis padres. El dormitorio es enorme. Han puesto un colchón en el suelo con una colcha azul. Me pongo junto a la cama para ver el conjunto. La cama parece muy pequeña. La luz es preciosa. No comprendo que sea la misma casa que la de mis padres y esta parezca mucho más grande. Elisa me cuenta que han apuntado a Darío para que salga en una procesión. Le pregunto si le han dejado elegir una de las piezas que acompañará al trono. Sí. ¿Y ha tenido que tararearla por teléfono en vez de decir el título? Sí. ¡A mi padre le han hecho lo mismo!, le digo indignada.