jueves, 25 junio 2009. Llegan a casa mi cuñada con sus hijos. Me cuentan que un vecino llevaba una cabeza humana en una maleta y la policía ha tardado meses en darse cuenta. Pienso para mis adentros que a esta familia le gusta demasiado dar noticias truculentas. Mientras, mi suegra me persigue por la casa diciéndome que limpie, que está pasando mucha vergüenza porque todo está muy sucio. Por más que miro a mi alrededor, todo brilla como en los anuncios. Le digo a mi cuñada que pase el dedo por los muebles. Muy limpio, dice. Pero mi suegra insiste con la cara escondida entre las manos: Qué vergüenza, qué vergüenza.