viernes, 19 junio 2009. Conduzco un coche a toda velocidad, calle abajo, pero no hay coche, voy suspendida en el aire con postura de ir sentada. El volante es una collar de bolas de madera, que al estirarlo con las manos toma forma de circunferencia. Me paro junto a los Baños del Carmen. Decido seguir andando, pero me doy cuenta de que voy descalza. El paisaje se convierte en una tienda de ropa deportiva. Unas chicas me ofrecen unas zapatillas de deporte naranja muy ligeras. Con las zapatillas me regalan una camiseta azul claro con fórmulas matemáticas dibujadas en blanco. Se la ofrezco a Alberto. Demasiado moderna, me dice. Y además estoy harto de prendas XL, añade.