sábado, 9 noviembre 2012. Ferran y yo llegamos a una casa donde nos recibe una chica que parece sacada de cuento de Cenicienta. Nos muestra la casa, cada habitación, cada objeto, con una ceremonia ridícula. Le digo a Ferran que deberíamos irnos cuanto antes de allí. La chica me oye, se vuelve hacia mí, me tira al suelo e intenta atarme. Consigo deshacerme de ella, corremos por la casa, nos persiguen varias personas con armas. Cuando estamos a punto de salir, Ferran se para en seco y me pregunta si antes de escapar no quiero pasar al cuarto de baño. No. Pues yo sí, dice.