domingo, 27 julio 2014. Sala de espera de un aeropuerto. Aunque la entrada tiene cajas como las de un supermercado. En el suelo, junto a una de ellas, hay caballos muy pequeños. No me queda claro si son de verdad o de juguete. Me acerco para verlos mejor. La gente, al ver que me levanto, cree que ya se puede entrar en el avión y corren hacia esa caja. Pisotean a los caballos que quedan hechos pedazos en el suelo.