miércoles, 27 julio 2016. No sé dónde estoy ni cómo he llegado allí, pero parece que me ha captado una secta. Nos dicen que tenemos que entregar un saco con nuestra ropa y otro saco vacío, que nos dieron al entrar, lleno de papel carbón. En casa sólo encontré cuatro, y pienso que quizá me castiguen. Nos hacen pasar por pruebas absurdas como aparcar un coche en una calle con niños muy gordos que no deben quedar atrapados entre el coche y la pared. También pasamos por unos túneles de ladrillo hasta llegar a la cúpula exterior de una iglesia. Allí debemos entregar el saco de papel carbón y un diario resumen de nuestra experiencia esos días, a cambio de nuestra ropa. No entiendo bien para qué pueden querer tanto papel carbón, pero imagino que para nada bueno. Le pregunto a una chica si puedo entregar los diarios más tarde, para repasarlos. Parece que mi dedicación le gusta y me deja marchar. Aprovecho para huir.