ascensor

domingo, 29 enero 2017. Alberto y yo entramos en el ascensor de la casa de mis padres. Se para, pulsamos el botón de emergencias. Nada. Me fijo en que la cabina no tiene techo. Salgo trepando y pido ayuda, pero nadie parece verme. Un tipo me persigue. Me escondo en el dormitorio de la antigua casa de mis padres, pero me encuentra de todos modos. Tienes hijos, le digo para que me deje en paz. Él esconde a su hija pequeña bajo la cama como si fuera unas zapatillas, y viene a por mí.