jueves, 12 enero 2017. Al parecer el fin del mundo estaba muy cerca y a todo el mundo le había dado por celebrarlo comiendo macarrones. Cuando llegaba a por mi plato ya no quedaban. Me decían que mirara en cocina a ver si quedaba otra cosa. La cocina era una calle con gente en las aceras comiendo macarrones. Un chico con dos niños pequeños, me decía que había inventado una silla que viajaba en el tiempo. Lo había hecho por los niños, recalcaba. La silla no era más que una trona con correas. Por más que miraba la silla, no entendía cómo podíamos sentarlos los cuatro. Mientras tanto, unos camiones militares empezaban a llegar para matarnos a todos.