delantal

viernes, 13 enero 2017. Voy con una chica. Me dice que está buscando piso. Casualmente mi amigo Juan alquila una habitación, le digo. La habitación resulta ser un loft enorme que ocupa toda la planta baja de un edificio años 50. Incluye una cafetería abierta al público. Juan nos recibe con un delantal negro que le llega casi a los pies. No pregunta qué queremos tomar. La chica pide algo, y Juan le dice algo sobre no tener muelas. Se ríen. Juan se pone el abrigo sin quitarse el delantal y se va. Me despierto con un dolor de muelas enorme.