jueves, 23 febrero 2017. Una pareja nos ha invitado a cenar. Vamos con Sonia y Míchel. La mesa es muy pequeña para seis personas. Tampoco hay sillas suficientes. Cojo un taburete de plástico que parece de juguete. La mujer saca platos y cubiertos y los deja desordenados sobre la mesa. No pone vasos. Pienso que a Alberto le va a sentar mal que no haya agua ni vino. Mientras la mujer va y vine de la cocina, el hombre se quita las gafas. Debajo no hay ojos. as limpia con el mantel, se las vuelve a poner y los ojos aparecen. De repente veo a una niña muy pequeña en el sofá, mimetizada entre cojines. La niña es rubia, casi albina, con los ojos azules. La pareja es de pelo y ojos muy oscuros. Como si pudieran leerme el pensamiento, me dicen por señas que es adoptada. La niña habla a gritos. Hago como le bajara el volumen con un mando, y la niña comienza a susurrar. Miro a sus padres sorprendida. Es adoptada y superdotada, dicen a la vez.