terremoto

miércoles, 10 enero 2018. Estoy en casa de mi abuela. Mis tías llevan ropa de colores que no es suya. Pareces veinte años más joven, le digo a una de ellas. La otra me dice que arregle la mesa. La mesa es una tabla de planchar. Estoy sentada en el suelo y noto un terremoto, pero nadie más lo nota. El cuarto se transforma en una cafetería. Una chica se alegra mucho de volver a verme. Le pregunto dónde nos conocimos. En un sitio muy desagradable, dice. Me cuenta que tenía un examen y yo mentí por ella para que pudiera hacerlo otro día. Le cuenta a todos los buena que soy. Yo sigo sin saber quién es ni de qué habla.