silla-patín

miércoles, 26 diciembre 2018. Estoy en el paseo marítimo y comienza a anochecer. Pienso que sería más rápido subir por el Camino Nuevo si tuviera un patinete. De repente estoy en un patinete (que más bien parece una silla de escritorio) y subo por la acera a toda velocidad. Al llegar a la altura del que era mi colegio ya es noche cerrada. Hay camiones de reparto en la acera y aun así consigo pasar esquivándolos. El camino cambia y aparezco en General Ibáñez. Luce el sol, las niñas salen del colegio. Bajo la calle donde vivía mi abuela a toda velocidad esquivando un cubo enorme de basura. Bajo y subo las aceras sin bajarme de la silla. Incluso entro en el jardín poniendo rectas las piernas para empujar la cancela. Así llego hasta el pasillo, donde mis tías planchan. Imposible esquivarlas.