colchones

sábado, 22 diciembre 2018. Alberto y yo caminamos por la calle. Parece que hemos salido apresuradamente de casa porque sólo llevo una camiseta. Menos mal que cogí esta rebeca larga, pienso. La rebeca me llega hasta los pies y me la cruzo ante la mirada de una señora que sale del mercado cargada de bolsas. Llegamos a la que era la casa de Rosamari y ahora es un loft donde vive mi cuñada. Hay colchones en el suelo. Dicen que todo está preparado para cuando lleguen. No sé de qué hablan. Mi sobrina dice que han llegado mis amigas. Suben Sonia y Míchel. Sonia dice que ha reservado y tenemos que irnos ya. Le digo que estoy en camiseta, que esa noche no podemos salir porque además me duele la cabeza, tengo que dejar listas las cosas de navidad y, encima, salimos temprano de viaje. Sonia me enseña la pantalla de su móvil con un avatar de su cara poniéndose roja de ira. Me asomo al balcón. Mi cuñada está en la acera empapándose bajo la lluvia.