sábado, 17 agosto 2019. Alejandro está sentado en un cojín grande, en el suelo, con la espalda pegada a la pared. Parece muy triste. Miro los zapatos de los que están a mi alrededor: tristes. Miro los míos: unas sandalias de hombre muy feas que me quedan grandes. Pienso si podría hacerlo reír si pasara delante de él con ellas, pero decido pasar descalza. Cuando paso ya no está.