domingo, 16 febrero 2020. Llego a lo que parece un restaurante muy elegante. No voy vestida para la ocasión. Un hombre (no lo conozco de nada), con faldón negro y túnica color hueso, se pone tan contento de verme que se quita la ropa y baila en calzoncillos dando vueltas sobre sí mismo. Me quedo tranquila al pensar que él va peor vestido que yo.
+
De camino a casa nos encontramos con varios individuos muy borrachos. Por ejemplo el dueño de un bar, una señora que cae al suelo y su copa rueda por el césped hasta la acera (le pregunto si quiere que llame un taxi), un tipo sin camiseta (el dueño del bar sale a disculparse y me pregunta si quiero que llame a la policía). Al llegar a casa (que no es en realidad nuestra casa) miro la hora y son las 4:30 de la mañana.