viernes, 22 octubre 2021. Voy con Salvatore por un sendero rodeado de árboles. Lleva una camiseta llena de broches. Me extraña porque él no es de adornos. Me recuerda a esos frigoríficos que la gente llena de imanes. Me pregunto si cada vez que lava la camiseta los quita y después vuelve a ponerlos, pero no le digo nada. Llegamos a una cascada. Abajo hay gente bañándose. Él sigue hablando y temo que se caiga. Ten cuidado, porque si tú te cae, yo me tiro detrás, le digo.
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Un chico muy joven me pregunta algo. Hablamos y nos reímos. Aparece su novia, se coloca ente nosotros dándome la espalda, me va empujando hasta que consigue sacarme a la calle. Aléjate de mi novio, dice. Le digo que debe aprender a medir. ¿no ves que podría ser su madre?; qué digo, ¡podría ser su abuela!