postal

lunes, 14 febrero 2022. Llego, supuestamente, a Correos. El suelo es de tierra y hay charcos, las chicas están sentadas detrás de pupitres verdes (como cuando hay elecciones). Al entrar veo una postal en el suelo, en vertical, junto a la pared. La recojo, la leo. Está escrita a lápiz. Seguramente se le cayó a alguien antes de enviarla. Decido enviarla. De repente estoy junto a un ventanal enorme. Se supone que es la salida, pero hay que saltar unos diez metros a la calle. Pienso que ya he pasado por esto en otro sueño, que aunque me tiré y caiga mal, como es un sueño no me pasará nada. ¿Y si no lo es? Si al menos cayera al agua, pienso y la calle se transforma en el puerto. Bajo el agua, se ven los adoquines. Decido no saltar.