viernes, 25 febrero 2022. Estoy en lo que parece haber sido un restaurante chino. Está vacío y las paredes empapeladas con dibujos de cañas de bambú. El papel está muy sucio. Hay un cubo con agua y un cepillo de mango largo. Paso el cepillo por la pared y la suciedad sale sin esfuerzo. Oigo ruido, apago la luz y sigo trabajando, pero oigo que alguien sube. Me escondo en un armario. Al cabo de unos segundos, como no entra nadie, decido huir por la ventana, agarrándome a una cañería. Llego a una tienda jipi. Al salir me encuentro con Juan Luis, me da unas galletas. De repente estamos otra vez e el restaurante chino y tenemos que salir de nuevo por la ventana, solo que ahora no hay cañería, hay ropa tendida. Si antes bajaste ahora también puedes, dice Juan Luis. No sé cómo voy metiendo los pies en los bolsillos de la ropa tendida y llego de nuevo a la tienda jipi. Tropiezo con una vitrina, algo se tumba dentro. El chico mira a ver si he roto algo. Creo que Shiva se ha caído. Cuando mira, en vez de Shiva es una figura de Mickey Mouse. con los brazos abiertos. Me decepciona tanto que salo de la tienda sin disculparme. Fuera me espera Juan Luis. Ya te has comido cinco galletas, dice.
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Estoy en casa de mi abuela. La casa está igual que antes de hacerle el piso de arriba. La habitación del fondo está desordenada y las camas sin hacer. Al ir a vestirme veo que mi ropa (tres faldas muy feas, sin forma, por debajo de la rodilla) están llenas de agujeros. Le pregunto a mi tía si no tiene alguna falda para prestarme. Pero que no sea una falda mormona, le digo y nos reímos.