domingo, 26 junio 2022. Estoy en lo que parece una habitación de hotel con gente que no conozco. Tengo que hacerle unas fotos a un grupo musical. Me llama la atención uno de ellos con el pelo rizado tipo afro (me recuerda mucho a Camilo de Ory de joven y eso me entristece). Consigo colocarlos a todos delante de una pared empapelada, tipo retro, pero se mueven demasiado y no puedo hacer las fotos. De repente paso a estar delante de una mueble enorme de cocina donde han amontonado varias vajillas y juegos de café. Solo quiero desayunar, pero es imposible sacar alguna pieza sin que las demás caigan. Aparece Tesán y me sostiene por detrás para que pueda alcanzar una taza. Como era previsible, al sacarla todo lo demás cae y queda hecho añicos en el suelo. De repente el hotel se ha convertido en mi casa y está llena de gente que desayuna en mesas como si fuera el restaurante de un hotel. Alguien dice que se han repartido mis vinilos y quedan algunos en la terraza para tirar. Corro a la terraza a recuperarlos, pero están blandos y doblados. Me da mucha pena. Tesán me consuela abrazándome desde atrás.