sábado, 2 septiembre 2023. Estoy con el Gran Wyoming. Parece un restaurante, pero solo hay una mesa (a nuestra) y, aunque la sala es enorme, está pegada a una escalera de obra sin barandilla. Todo es muy blanco (como cuando en las películas quieren simular que la escena transcurre en el cielo). Nos sirven una rodaja de pescado cocido. Le quito la piel y la dejo a un lado. Aunque los dos comemos lo mismo, acerca su tenedor a mi plato y se lleva un triangulito gris que parece grasa. Qué casualidad, es la parte que más le gusta a mi padre, le digo.
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Joan y yo vamos andando por un no-lugar (no es una calle ni un edificio; es un vacío color arena). Le cuento cosas, se ríe a carcajadas.