viernes, 4 enero 2025. Voy con Joan por la calle, hablamos muy bajito, al pasar por delante de una iglesia me despido (su supone que él tenía que entrar por algo). Me coge de la mano y seguimos andando.
optica y c2 improvisado
jueves, 2 enero 2025. Llego a una óptica para recoger mis gafas nuevas. La óptica parece una discoteca con adornos y luces doradas por todas partes. Me hacen pasar a una sala donde hay una tarima (una especie de escenario; hay incluso público) con un sillón y unos aparatos que parecen de dentista. Pienso que pretenden intimidarme, pero no saben que estoy acostumbrada a los escenarios. Subo y saludo como si nada. Un tipo comienza a probarme lentes. Lleva una peluca azul de papel metalizado bajo un gorro de lana. Pienso que quieren gastarme una broma. Al fijarme en el tipo, reconozco a un niño que me gustaba (no lo veo desde que cumplí 15 años). ¿Eres José Miguel? Él se queda quieto con dos lentes en la mano, me mira, no me reconoce. Soy Belinka, he cambiado un poco, le digo. Se alegra de verme, se quita el gorro y la peluca, me pregunta si sé algo de Odila y Paco, que deberíamos vernos. Pienso en un día que fuimos a su casa y medio una tirita porque estrenaba sandalias, en que guardé aquella tirita durante mucho tiempo. Pienso que está igual, solo que con el pelo blanco, pero no le digo nada.
+
Se supone que es la hora del recreo. Salgo a andar en vez de quedarme en el patio. Llego a una especie de desierto. De repente me doy cuenta de que he subido una duna (muy dura), que estoy en la cresta y es muy estrecha. Temo caer. Pienso que si he subido y no e he caído, puedo bajarla sin intentando no pensar, que el problema es saber que estás en peligro. Bajo con los ojos cerrados, dando zapatazos, para hacer la duna blanda.
+
Estoy en casa de mis padres. Tengo ganas de orinar. Mi hermana dice que también tiene ganas. Le digo que termino en un momento. Mientras orino apretando, a toda velocidad, me doy cuenta de que con las prisas no me he bajado las bragas.
+
Tengo que ir a casa de mis padres y el C2 no pasa. Pasa un coche donde han escrito a mano en un cartón "C2". Una pareja con una niña se suben. Corro a subir también. El conductor nos dice que con lo mal que funciona todo han tenido que tomar las riendas. Me suena fatal. El C2 improvisado es enorme por dentro y, de repente, se ha convertido en descapotable. La madre se ha sentado en un extremo del asiento trasero, en el otro extremo el padre con la niña. No me queda otra que sentarme en el centro. Hay un atasco. El conductor hace maniobras muy raras, trompos, se mete por calles de dirección prohibida. Miro a la pareja, pero no se inmutan. Decido que me bajaré cuanto antes. Llegamos a un descampado, aparca bajo un árbol. El conductor y la pareja bajan a hacer fotos porque está amaneciendo. Me quedo con la niña en el descapotable. Empieza a caer una lluvia tan fina y lenta que no moja. Es muy agradable. ¡Mira qué bonito!, le digo a la niña y la abrazo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)