miércoles, 2 enero 2013. Paseo con Joan. Se fija en unas pulseras que llevo puestas. Es la primera vez que las veo, le digo asombrada. Intento quitármelas pero no tienen cierre. Una de ellas tiene una inscripción en un idioma que no reconocemos. Joan dice que será mejor preguntar a un experto, y sale corriendo. Me veo en el centro de una sala muy blanca donde se exponen de joyas antiguas. Algunas se parecen a mis pulseras. temo que, ya que no son mías, piensen que las he robado. Intento llamar a Joan, pero cada vez que marco los números saltan y siempre descuelga otra persona.