domingo, 7 abril 2013. Estoy arreglando la lavadora de mi madre, hay un montón de piezas en el suelo. Mi madre me toca el hombro. Deja eso, dice. Ha llegado una carta, resulta que no hiciste el último examen de historia, así que deja eso y ponte a estudiar ahora mismo. No comprendo nada. Le digo que tiré todos los apuntes del instituto, que sólo conservo los de filosofía de segundo y los de matemáticas de la facultad. Tendrás que pedírselos a Begoña, dice. Los apuntes de Begoña están en gallego y además tiene la letra demasiado redonda, respondo. Me siento junto a la lavadora, no sé qué hacer, odio la historia. Pienso que no me importa que anulen todo lo que he estudiado porque nunca me ha servido para nada. Golpeo el suelo con una llave inglesa.