jueves, 4 abril 2013. Estoy en una reunión familiar. De repente un chico alto y desgarbado entra por la ventana. Al ver la habitación llena de gente, agarra un jamón que hay sobre la mesa y corre hacia los dormitorios. Corro tras él. Le pregunto de dónde ha salido, que se vaya. No me entiende, se lo repito en inglés y en francés. Dice que Fred le dijo que podía vivir ahí. No sé quién es Fred. Lo empujo hacia la puerta, forcejeamos. De repente se convierte en un cachorrito de perro con los ojos brillantes, lloriquea. Mi hermana quiere quedarse con él. Forcejeo con mi hermana. Intenta colarse de nuevo en casa, me muerde las manos. Pido ayuda a mi familia. Nada. Al fin consigo dejarlo fuera y cerrar la puerta. Ya está, pero se ha llevado el jamón, le digo a mis padres. No parecía un ladrón, era tan guapo, dice mi madre.