jueves, 27 octubre 2016. Hay un casting. Las chicas no son precisamente modelos. Yo llevo un vestido demasiado corto y un bolso enorme. No sé qué hago allí, pero le digo a alguien que me quedaré para saber si la han elegido. Las chicas se depilan sin pudor unas delante de las otras, no saben caminar con tacones, son demasiado jóvenes, pienso. De repente estoy en una calle con mucho tráfico. Una chica me pregunta si le presto mi táblet. No tengo táblet, le digo y sale corriendo, baila entre los coches que pasan a toda velocidad. De repente estoy en el patio de la casa de mi abuela. Una niña me pregunta qué llevo en el bolso. El bolso es ahora una bolsa enorme de tela. Llevo una botella de cristal vacía, un puñado de semillas sueltas, restos de comida. Un desastre. Intento ordenarlo todo. La niña me dice que ahora vuelve, que va a la farmacia y después me dará una sorpresa. Pienso que quizá vaya a recoger los resultados de un test de embarazo. Pienso que espero que la sorpresa no sea que está embarazada.