sábado, 2 junio 2018. Estoy ayudando a buscar a unas niñas que se han perdido. Pasa el camión de la basura, van dormidas en la parte de atrás. Intento alcanzarlo, pero en ese momento veo que un incendio avanza, como lo haría un tsunami, hacia el edificio. Recuerdo que todos los vecinos y mi familia están en casa. Corro al portero automático para avisarlos, pero la ola de fuego se traga el edificio. Al cabo de unos segundos todos van saliendo aturdidos. Una vecina lamenta haberse quedado sin un calendario que había hecho ella misma con papeles de colores. De repente trozos del calendario caen desde el cielo, como si nevaran días. En ese momento llega Chivite y me ayuda a recuperarlos. Se los damos en una bolsa de supermercado a la vecina que, felizmente, dice que se va a vivir a otra ciudad. Chivite lleva sombrero de paja.