viernes, 1 junio 2018. Llegó a una casa que no es la mía. El ascensor está roto y he tengo que subir hasta el último piso por las escaleras. Suena el móvil. Una mujer me cuenta tonterías sin parar y tengo prisa. Le cuelgo de malos modos. Mi hermana y mi prima duermen. Les digo que si quieren llegar a la fiesta de disfraces deben levantarse. Alberto sale en pijama de otro dormitorio. Debo preparar una tortilla para llevar a la fiesta, pero en el frigorífico solo hay una cebolla pequeña. Me entran ganas de llorar.