sábado, 9 julio 2022. Visito a una señora muy mayor (que al parecer me tiene mucho aprecio) en una especie de claustro. Está en una hamaca de madera que me parece bastante incómoda. Me toma las manos y me dice cosas dulces. Me fijo en su cara. Nos es una cara de verdad, es una cara plana pintada en una lata. Sus ojos son muy expresivos a pesar de todo. Mientras me dice cosas bonitas, yo no hago más que pensar: tiene ojos de lata.