jara y darwin

domingo, 2 octubre 2022. Hemos aparcado en la acera, a la puerta de una farmacia. Se supone que en la trastienda hay un concierto. Comienzan a llegar coches, se amontonan en la acera y en la calle. Veo a Farfán junto a la ventanilla. Lleva gabardina y sombrero. Estás igual, le digo y lo abrazo. Me señala a dos chicas que acaban de aparcar. Mi mujer y mi hija, dice. La hija es igual que él, con su pelo rizado tirando a rojo. Mientras hablamos, el público va entrando a la farmacia. Entramos los últimos, la puerta de la trastienda es corrediza y muy pesada, de madera. María Jesús Bernet nos dice que no puede dejarnos entrar porque ya ha comenzado el espectáculo. Al momento abre la puerta y dice que pasemos y busquemos nuestros asientos. Los asientos son mesas con bancos de madera como aquellos que había en Icona en los 70. Tienen pegatinas amarillas con números y letras escritas a mano. Veo como según me acerco, las personas que están sentadas despegan esos papeles para que no pueda verlos. Me siento en el primer cubo de madera que veo libre. La trastienda resulta ser una plaza enorme con edificios franceses al fondo (tipo plaza de los Vosgos, pero sin árboles). Sobre un coche pequeño una especie de torre de luz, y arriba, cantando, Victor Jara. No comprendo nada. Primero, porque murió; segundo, porque está muy joven; tercero, porque a pesar de estar vivo y joven tiene muchas canas. Me distrae la vista de uno de los edificios del fondo: los bomberos rescatan a varias mujeres. Las van sacando boca abajo, como si fueran troncos rígidos. Entre ellas reconozco a mi tía Mari. Incluso estando tan lejos puedo oír lo que le dice al móvil: Estamos bien, no te preocupes. Supongo que es un mensaje que me ha dejado y escucharé cuando vuelva a casa.
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Estoy en la terraza de un bar. Un niño juega con piezas de puzzle. Mira, un trozo de cielo, dice y me enseña una pieza azul del mar Mediterráneo. Eso es el mar, le dice el tipo de la mesa de al lado. El niño me regala la pieza. Después vuelca una bolsa con algunos de los personajes de "El asombroso mundo de Gumball". Te los regalo, dice. Escojo a Darwin, pero no se parece nada al de los dibujos.