sábado, 22 octubre 2022. Parece una habitación de hotel algo abigarrada (cálida y algo desastrada, decorada en tonos rojizos con luz indirecta). Se supone que tengo que leer poemas en breve y, al mirarme al espejo, veo que tengo el pelo como el actor secundario Bob y teñido de rojo. Cuanto más me miro más rojo se vuelve. Busco otro espejo. En el siguiente tengo el pelo castaño, pero la mitad inferior de la cabeza rapada. Pienso que así no puedo salir. Agarro con fuerza el pelo y me lo arranco. Sale completo, como cuando sacas con tierra una plata de una maceta.